Generalmente las novelas tienen como objetivo entretener a los lectores mediante una trama con elementos comunes de la vida de todas las personas, matizándolos con situaciones con elevadas dosis de dramatismo que mantienen “atrapados” a sus lectores. Para este fin, se crean rivalidades, traiciones amorosas, mentiras, injusticias, maldades, bondades, fracasos, triunfos, entre otros temas.
La saga Espabeles del Río se aleja un poco del estilo, ya que ciertamente hay una trama del protagonista, con momentos de alta intensidad emocional; pero la originalidad de esta serie, es que el escritor, a partir de los acontecimientos que se van narrando, elabora recomendaciones de naturaleza filosófica y psicológica, sobre los cuales el lector puede estar de acuerdo o disentir.
El objetivo de este estilo, es hacer que el lector se detenga a reflexionar sobre diferentes tópicos de la vida comunes a todas las personas, por eso es que por momentos la lectura se volverá lenta, porque no se trata solo de enterarse de una invención, sino de detenerse a pensar y sacar sus propias conclusiones, lo que implicará devolverse y releer alguna página. Esto, quizás en muchas ocaciones.
No pretende el autor agotar todo lo que se puede decir sobre cada uno de los temas en cuestión ni pretende imponer su “verdad” a los demás. Tan solo es su humilde opinión, tan respetable como la del querido lector. Si cada uno de los siete libros deja una idea buena y perdurable en la mente de los que lean toda la saga, el autor se da por satisfecho.